Hay mucho escrito sobre las claves de cómo impactar por el bien de seducir a potenciales clientes. Pero lo cierto es que hay productos que lo tienen más fácil que otros.
Se puede estimular la venta por medio de las emociones y el intelecto. Lo ideal es impactar en los dos, y a ser posible sin palabras, puesto que los mensajes pueden ser inducidos por medio de imágenes que estimulen el diálogo interno.
No hablo de imágenes inspiradoras, éstas son las que estimulan las emociones, hablo de imágenes que muestran el potencial del producto con absoluta claridad. Para ello es fundamental que el potencial del producto exista de verdad, porque si no existe, no se puede mostrar.
No es lo mismo enseñar al mundo las maravillas de tu centro con imágenes de actividades que se ven en otros gimnasios, que mostrar una actividad que sorprende al espectador porque no la había visto hasta la fecha.
Lo que sucede en las publicidades de muchas cadenas de gimnasios es que no hay nada que mostrar cuando hablamos de aspectos diferenciales. Entonces toda la comunicación se sustenta en lanzar mensajes inspiradores e imágenes y música emotiva, reproducidos hasta la saciedad por la propia competencia, y mostrar el supuesto resultado final interpretado por un modelo que figura que está inscrito en dicho gimnasio.
Aunque estas fórmulas funcionan, cada vez son menos efectivas, porque se detecta a kilómetros que el conjunto es de plástico y carente de genuidad.
A continuación os muestro un video en el que aparezco en una sesión de Lynx Cross.
No hay una gran producción audiovisual, ni frases emotivas. Si mejora nuestro presupuesto para marketing, ya añadiremos florituras.